Se ha reforzado, de esta manera, la idea de que la única característica en común que tenemos los seres humanos es la divergencia, es decir, somos neurológicamente distintos.
Esto es fundamental para entender que no todas las personas procesan la información de igual manera, y que las personas con TEA tienen características que son únicas y esas características únicas hacen que vean el mundo de un modo particular: ni mejor ni peor, simplemente diferente.
Y aquí se presenta un nuevo desafío: aprender a ver el mundo con los ojos del otro, en el caso que aquí nos ocupa, las personas con autismo.
Simone Helen Drumond Ischkanian 🌷🌷
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